Futuro promisorio, expectativa cifrada en la esperanza

El año 2016 será de recuperación para el sector de la construcción. Al menos eso es lo que piensan quienes se mueven en ese mundo de la economía nacional. Las estadísticas parecen ser las mejores muestras de que esa será la tendencia y, por supuesto, los constructores están de plácemes.

La necesidad de vivienda en Guatemala sigue en aumento, al igual que la necesidad de más obra pública para mejorar la infraestructura.

Y por qué no estarlo. Cualquiera en su sano juicio lo estaría si se habla de un año que le sigue a poco más de ocho meses de incertidumbre política y una fecha en la que arrancará un nuevo gobierno.

Pero usted que lee esto se dirá que es una locura si son condiciones para pensar que se incrementa la incertidumbre. Pues resulta que ahora no. Se trata de un año en el que debería acentuarse la lucha contra la corrupción y, sobre todo, se asentará un gobierno que se supone diferente y que por ello genera expectativas positivas.

El crecimiento ha vuelto al sector desde hace un par de años, pues la construcción aún se recupera de los problemas que le trajeron las crisis financieras mundiales durante 2009 y 2010. En el pueblo ahora parece reinar la esperanza y eso puede ser un indicador de aliento para el sector construcción, pues las necesidades de vivienda siguen creciendo y también la necesidad de más obra pública para mejorar la infraestructura del país que permita hacer crecer la productividad.

Por supuesto que todo está cifrado en esperanza, un concepto frágil y fácil de quebrantar si el gobierno que asume el poder no consigue consolidarla a base de acciones y hechos positivos.

Cifras que hablan

La Encuesta de Expectativas Económicas del Banco de Guatemala, a octubre de 2015, muestra un optimismo elevado de los analistas a la que fue sometida. Por ejemplo, hablan de un crecimiento económico de 3.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), superior al esperado para el cierre de 2015. Lo anterior sin contar que los datos se redujeron con respecto de la encuesta del mes inmediato anterior, cuando las cifras eran superiores en 0.1 puntos.

No cabe la menor duda de que el nivel de confianza de los expertos consultados para la encuesta del banco central es notoriamente superior al del resto de cada uno de los meses del año.

De acuerdo con ellos, las actividades productivas mejorarán en Guatemala, al menos durante los próximos seis meses. Lo anterior significa que predomina un optimismo que abarca el primer cuatrimestre de 2016.

Hablamos de un nivel de confianza que se ha venido recuperando de una caída abismal durante el primer semestre y parte del tercer trimestre, pero que viene en alza nuevamente, producto de la frontal lucha contra la corrupción que ha encabezado la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).

Y el sector construcción no puede ser ajeno a esta positiva forma de ver el futuro. Las cifras del Banguat reflejan que el sector de la construcción viene mostrando una variación anual positiva con respecto a 2014, superior a los 3 puntos porcentuales. Y se estima que estas cifras se mantendrán durante 2016, lo que significará un crecimiento alentador que, aunque no será el mejor al menos demostrará que el sector es dinámico y se mantiene activo dentro de la producción nacional.

Óscar Sequeira, coordinador de la
Comisión de Estadística de la CGC.

Los números de la Cámara Guatemalteca de la Construcción (CGC) son más claros y contundentes. A septiembre, el Índice Mensual de la Actividad de la Construcción mostraba un nivel de 77.54 puntos, un nivel superior al de agosto, cuando fue de 76.81 puntos.

Esos números, aunque no muestran mayor cambio con respecto a 2014, si lo hacen de manera más notoria con respecto a 2013, cuando mostraban al mismo mes del año, 71.01 y 71.83 puntos, respectivamente.

Voz de experto

Óscar Sequeira, coordinador de la Comisión de Estadísticas de la CGC, muestra un optimismo congruente con las cifras anteriores.

De acuerdo con Sequeira, el sector construcción aún debe recuperarse de lo que se dejó de construir por la reducción extrema en esta área durante los años 2009 y 2010. Según él, estas perspectivas tienen su fundamento en las necesidades de infraestructura y vivienda del país, las que, dice, crecen vegetativamente haya crisis o no.

De allí que Sequeira sea de quienes sostengan que “las condiciones están dadas para que el año 2016 sea de recuperación”. En su análisis, el experto consultado por revista GERENCIA asegura que en 2016 el sector construcción debiera crecer, al menos, al mismo nivel que en 2015, lo cual podría estar alrededor del 3 por ciento.

El aporte del sector al PIB debiera andar por el mismo nivel, aunque para Sequeira el objetivo debe estar en mejorar en el largo plazo a otros países de Centroamérica que andan por arriba del 4 por ciento.

Claro, dice el experto en estadísticas de la CGC, lo mejor sería retornar a cifras de crecimiento de dos dígitos, como lo hace Panamá o como se hizo durante el gobierno de Óscar Berger Perdomo.

Para Sequeira, el principal componente de las expectativas positivas es la esperanza, que se ha generado entre los guatemaltecos luego de que el sistema de justicia genere evidencias de lucha contra la corrupción con resultados concretos, como llevar a la cárcel al binomio presidencial.

Pero esa esperanza tiene que mantenerse también con hechos, dice, a lo que agrega que es prioritario velar porque los funcionarios clave sean personas de demostrada trayectoria y que tengan una visión de desarrollo de país. Colombia es un país que según el entrevistado ha demostrado que puede trabajar en esa línea, con un sector público que asume el compromiso de lograr resultados extraordinarios con relación a la infraestructura y la vivienda.

En el tema de la vivienda, dice el experto que debe lograrse facilitar el acceso a ella a quienes integran el grupo de la Población Económicamente Activa con ingresos menores a dos salarios mínimos, que son quienes no han logrado solucionar esa parte de su problema económico de vida.

Sequeira cree que una forma de lograrlo es implementar la iniciativa de la tasa preferencial, pues con ello se reducirían sustancialmente las cuotas mensuales que deben pagarse por la adquisición de una propiedad.

Y en el tema de la infraestructura, una tarea más propia del Estado a través del gobierno, resulta urgente ampliar la red vial, pues el parque vehicular crece a un ritmo mayor de dos dígitos cada año, mientras que la infraestructura no llega ni a un entero. Es por ello que Sequeira considera que el gobierno debiera ser el gran facilitador, convirtiéndose en el creador de un modelo capaz de lograr que el capital para la inversión en infraestructura provenga de fondos privados y así se armen ciclos de productividad que incluyan la generación de empleo.

Todo depende

Así las cosas, el panorama resulta alentador para los constructores. Si no será un período de ensueño, al menos será de estabilidad y crecimiento normal que puede dar lugar a sentar las bases para mejorar las tasas en los años venideros.

Por supuesto que la coyuntura seguirá jugando un papel importantísimo para que todos los pronósticos se cumplan, pues si la esperanza se pierde, la situación puede dar al traste con la confianza y los guatemaltecos podrían cambiar de parecer en muchos aspectos, incluido el de invertir en viviendas, mientras que el Estado también podría dejar de promover la construcción de obra gris.

El futuro del sector construcción, de alguna manera, entonces, está en las manos de los nuevos gobernantes, pues buena parte de la esperanza de los guatemaltecos está centrada en esa gestión administrativa, que se espera esté caracterizada por la transparencia, la honestidad y la lucha contra la corrupción y la impunidad, dos factores que han venido socavando la confianza del pueblo en sus autoridades, y que se ha visto reflejada en poca inversión y raquíticos niveles de crecimiento económico.

Carlos Morales Monzón
Periodista y Consultor
[email protected]