Entrega, compromiso y organización

Teresa Ligorría, miembro de la Junta Directiva de Champions in Action.

“Mi día arranca haciendo el desayuno y la lonchera para Juan Pablo, mi hijo de 4to Bachillerato. Cuando tengo tiempo hago ejercicio. Llego a la oficina temprano, porque el trabajo es una de las actividades que más disfruto y que me ha permitido la subsistencia y la oportunidad de ayudar a muchas personas. Finalizo mis días en convivencia con mi hijo, ahora estamos en la locura de pegar las estampitas del álbum del Mundial”, comenta Teresa Ligorría.

Esta guatemalteca es miembro de la Junta Directiva de Champions in Action, organización que conecta a jóvenes guatemaltecos en riesgo con mentores a través del fútbol, también es Directora del Proyecto en RTI International, un programa de alianzas público-privadas para invertir en proyectos de desarrollo social. Posee experiencia en administración de recursos humanos y responsabilidad social empresarial, además es traductora jurada e intérprete, y universitaria. Entre sonrisas dice que para todo hay edad y que aunque no se posee la misma energía de antes, está satisfecha de regresar a la universidad.

Estudia maestría en Gestión pública y Liderazgo. “Tengo de compañero de clases a un joven que fue mi alumno en primer grado, cuando tenía 7 años”, agrega.

Ligorría también colabora con la Fundación Margarita Tejada y fue presidente por seis años de Olimpiadas Especiales. También labora en la Fundación Sonrisa del Niño, en La Reformita, zona 12, en donde trabajan con menores de escasos recursos, un lugar en donde los chicos almuerzan, se duchan, reciben tutorías y programas avanzados de lectura y matemática, además de judo y computación.

Teresa almuerza con estos pequeños los jueves. Su hijo también es voluntario, y el reto es abrir más centros. Esta activa mujer dice que, aunque los fines de semana son en su mayoría para compartir con Juan Pablo, también van al Campo Marte a jugar con los niños de Champions in Action.

Al preguntarle cómo combina una agenda apretada, ser madre, amiga y universitaria, responde que lo primero es estar contenta, positiva y agradecida; poseer las ganas de hacer las cosas; llevar una relación sana con Dios: establecer con claridad las prioridades y hacerle comprender a su hijo que trabaja para que ambos estén bien y que, dentro de todo, él es lo más importante. Teresa dice que las personas debemos a prender a ser la gente de la luz, la vida y la oportunidad, también recomienda hacerle el encuentro a la vida y caminar sin dejar pasar las oportunidades.

El mensaje de Ligorría para las madres es que estén contentas con su trabajo, “pues mientras le pongan todo el amor, la voluntad y la actitud van a generar cambios y sus hijos van a estar bien. Dice que es bueno mantener cerca del corazón a todas las personas que nos ayudan a sobrellevar la vida. “A mis colegas, mujeres y amigas, les digo que seamos agradecidas y perdonemos para que tengamos la vida que merecemos vivir”, asevera.

Para Ligorría ser madre es la primera relación que brinda la capacidad de obtener confianza, la que enseña a amar, a enfrentar la vida, a estar dispuestas a devolver y agradecer. “Tenemos que grabarnos que mamá es un común mortal que ama, llora, se cansa, que tiene un mal día, que se frustra, que puede perder la paciencia y que por eso no debemos sentir culpa, porque la vida nos devuelve todo lo bonito que hacemos. La opinión que los demás tengan de nosotras no es asunto nuestro. Mejor preocupémonos por abrazarnos más seguido el corazón”.

Teresa está a punto de contraer nupcias, con lo que crecerá su apretada agenda. Dice que uno de sus logros es haber aprendido a decir no cuando se trata de priorizar las actividades que son importantes para ella, así sean quedarse en casa, salir o simplemente no hacer nada. La profesional se identifica con la frase, “si quiere que algo suceda, déselo a una mujer ocupada. Porque ella posee la cualidad de priorizar, organizar, poner tiempo y hacerlo todo bien”.

Victoria Alvarado Eguizábal
Periodista
Revista GERENCIA
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