Educar en la diversidad

Actualmente, en un mismo ambiente educativo conviven maestros y estudiantes de 37 nacionalidades, quienes aprenden a desenvolverse positivamente en un mundo complejo y cambiante.

Bajo el lema, “Celebrar el pasado e innovar para el futuro”, la comunidad del Colegio Maya se prepara para conmemorar el 60 aniversario de fundación, actividad que se realizará durante el fin de semana del 12 de octubre de este año.  Y es que, en 1958 este centro educativo comenzó labores en el país con la finalidad de atender a la población expatriada que vivía en la ciudad, según explica Michael Johnson Ph D., Director de American International School of Guatemala, más conocido como Colegio Maya.

Este centro educativo se basa en una filosofía innovadora que busca desarrollar en sus estudiantes el potencial académico, social, emocional y físico que tienen, así como en un profundo deseo de crear una mejor Guatemala y un mejor mundo, tal y como asegura Johnston: “nuestro multiculturalismo es nuestra identidad; nuestras 37 nacionalidades hacen de Maya una celebración constante de nuestro maravilloso y diverso mundo”.

El Colegio Maya es concebido como una comunidad que inspira la excelencia de cada alumno mediante el desarrollo de su mente, cuerpo y carácter para que afronte positivamente los desafíos que les corresponda asumir en un contexto mundial, altamente cambiante.

Navegar en un mundo complejo

Cada vez más, la sociedad plantea nuevos retos, los que requieren de soluciones diversas.  Los centros educativos no escapan de ello. “Estamos pasando por cambios que pueden ser difíciles, pero necesarios para las escuelas de todo el mundo”, asegura Johnston, quien comenta que en el Colegio Maya los estudiantes cuentan con una motivación interna por aprender. “Cuando las escuelas hacen cambios en la evaluación y la presentación de informes, puede ser inquietante, pero es muy importante que esta generación adquiera las habilidades, el carácter y las grandes comprensiones que necesitan para navegar por este mundo cada vez más complejo”, añade el director.

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Para responder a esos desafíos, el colegio está construyendo un centro de innovación, el que se convertirá en el corazón del campus. “Está diseñado como un espacio abierto, colaborativo y creativo que facilite a los estudiantes trabajar en proyectos significativos que posean impacto”, explica Johnston. Combinará tecnología con herramientas que permitan el desarrollo de la creatividad más allá de lo digital.

Adicionalmente, el Colegio Maya, ubicado en la carretera al Salvador, cuenta con un teatro, gimnasios múltiples, bibliotecas, sala de música y varios edificios rodeados de árboles, flores y follajes. Cuenta, además, con un Centro de Servicio de apoyo al aprendizaje, en el que se atienden aspectos académicos, lingüísticos y emocionales, se reconoce la diversidad de estilos de aprendizaje y los niveles en que se encuentra cada niño para brindarle el soporte requerido.

A ello se suma el programa de Consejería Universitaria, diseñado para apoyar a los estudiantes durante la etapa de transición de la escuela secundaria a la educación superior, el que es concebido como “un momento emocionante de autodescubrimiento y exploración”.

Aprendizaje que importa

Lograr que los estudiantes aprendan lo que realmente necesitan para enfrentar este mundo complejo es la meta de la dirección y de los profesores del Colegio Maya, quienes buscan que los estudiantes alcancen el éxito donde sea que su camino los lleve. Para ello, propician aprendizajes profundos y significativos, a la vez que fomentan la investigación y brindan una base sólida de aritmética y alfabetización.

A decir de Johnston, la metodología que actualmente se utiliza en el colegio es el aprendizaje que importa”, el que se basa en tres C ́s: Aprendizaje conceptual, Aprendizaje de competencias y Aprendizaje de personajes o del carácter. El primero, ocurre cuando los estudiantes conectan con un conocimiento nuevo, construyen y reconstruyen teorías y las ponen a prueba en diferentes contextos. El segundo, cuando los alumnos analizan el desempeño de expertos y lo comparan con el suyo, de esa forma identifican los ajustes que necesitan hacer, para luego poner en práctica una habilidad y hacerla cada vez más automática.

Por último, el aprendizaje del carácter se da cuando el estudiante considera qué disposiciones y qué valores crean un mundo positivo, actúa a partir de ello y reflexiona sobre los efectos de esas acciones. “Como he expresado, estamos buscando hacer el aprendizaje que importa para este siglo. Esto no significa que toda la educación tradicional no sea buena, se trata de tomar lo mejor de lo que sabemos sobre el aprendizaje, tomar lo que ha funcionado en el pasado y fusionar esto para los estudiantes del siglo XXI”, explica Johnston.

Innovación, pasión, servicio

En el Colegio Maya, la educación sigue un enfoque holístico que pone a funcionar la cabeza, las manos y el corazón, a través de la innovación, la pasión y el servicio. Los estudiantes de Maya cuentan con múltiples oportunidades para hacer sus propias creaciones, investigar problemas y encontrar soluciones. Este año, por ejemplo, se generó un makerspace, en donde los alumnos experimentan e innovan en un ambiente seguro y donde aprenden diferentes conceptos y técnicas.

La educación sigue un enfoque holístico que pone a funcionar la cabeza, la mente y el corazón

El proyecto de pasión es una oportunidad para que los alumnos de octavo grado persigan sus sueños y tengan un impacto positivo en la comunidad, en el área que a ellos más les interese. En cuanto a servicio, el colegio cuenta con un programa que fomenta la conciencia social y ambiental, que estimula el pensamiento crítico y educa para crear ciudadanos mundiales responsables, entre otros. Y es que, “educar consiste en dar oportunidades para liderar proyectos de servicio, promover el bienestar, el desafío académico, las oportunidades de liderazgo y mucho más”, concluye Johnston.

Nancy Avendaño
Periodista y profesora universitaria
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