Cada vez más respetuosos del ambiente

La arquitectura es un arte. Trata de la proyección, el diseño y la construcción de edificios. De acuerdo con los expertos, nació con el hombre y su necesidad de establecerse en un sitio para dejar de ser nómada y asentarse en un solo lugar para vivir. Así comienza el desarrollo de viviendas, pero también el de recintos ceremoniales. Se da lugar, entonces, al surgimiento de diseños que han evolucionado estéticamente a partir de elementos simbólicos del contexto sociocultural en el que se van dando.

De las cavernas y sus decoraciones con pinturas rupestres, que albergaban a la colectividad o al menos a grupos de ella, se fue evolucionando hacia la individualidad de las estructuras, al menos para la vivienda. Y es que las residencias fueron surgiendo alrededor de los centros religiosos o sitios sagrados. Un gran ejemplo de ello han sido las culturas del Medio Oriente como la Mesopotamia y Egipto, que legaron al mundo obras como las pirámides, pero también sistemas de irrigación para sus proyectos agrícolas, base de su subsistencia. De allí que las grandes ciudades siempre se desarrollaron alrededor de ríos que facilitaran el acceso al agua.

El diseño arquitectónico ha evolucionado a partir

de elementos simbólicos del contexto sociocultural

Se piensa que fueron los griegos y romanos las sociedades que se encargaron de perfeccionar la arquitectura y sentaron las bases de la arquitectura clásica, convirtiéndose así en punto de referencia para la construcción y el diseño. Grandes y altas columnas le dieron vida a templos y edificios públicos. Pero también los arcos. En este período se dio prioridad a la piedra caliza y al mármol, pero también surge el concreto. Dos grandes ejemplos de aquellos tiempos son construcciones famosas como el Partenón de Atenas y el Coliseo romano.

Las necesidades de abrigo y refugio contra las inclemencias del tiempo como la lluvia y el excesivo sol fueron dando lugar a las grandes líneas del diseño arquitectónico con una base de cuatro paredes y un techo de dos aguas. Pero todo se iba construyendo en esas mismas líneas, hasta que alguien fue decidiendo que podían introducirse modalidades, según fueron surgiendo otras necesidades. Los diferentes ambientes, por ejemplo. Se dio lugar a la separación de espacios internos dentro de las cuatro paredes iniciales, separando el lugar para dormir, del que servía para cocinar, o de aquel que servía para comer.

Las tendencias fueron marcando el paso de la evolución, hasta llegar a nuestros tiempos. Hoy día los arcos y el mármol han pasado a la historia. El vidrio, por ejemplo, ha cobrado mayor notoriedad y uso en el diseño arquitectónico. Grandes edificaciones basadas en casi que solo vidrio, en lugar del tradicional concreto, son de lo más común en nuestros días, porque el vidrio facilita la iluminación natural, les da vista elegante a las obras y concede ahorro económico en el consumo de energía para iluminar, al menos durante el día, y demostrando así la integralidad de la toma de decisiones para el diseño.

El cuidado del ambiente

Para este año y el próximo, los conocedores aseguran que las apuestas de la arquitectura van por el desarrollo sostenible y la sustentabilidad. Y es que la sociedad en su conjunto evoluciona hacia el compromiso medioambiental, como una manifestación social de la preocupación que existe por la degradación del ecosistema en el que vivimos.

Cada vez es más frecuente el uso de materiales reciclables y el establecimiento de edificaciones llamadas verdes por su amigabilidad con el ambiente. Más áreas de jardín y sistemas de autoabastecimiento de recursos como el agua son cada vez más comunes en las construcciones. Se evoluciona hacia el concepto del edificio verde.

Los proyectos modernos se basan en la arquitectura verde,

que promueve el uso de materiales reciclables

El grupo español Azulev habla de al menos 15 tendencias que están marcando los años 2019 y 2020. Una de ellas es el estilo industrial aplicado a la vivienda, en el que destacan el hierro, la madera y el aluminio, incluso el plástico reciclado, suponiendo un abaratamiento para la construcción. Líneas sencillas y ausencia de elementos superficiales son clave en esta tendencia.

Otra tendencia es la de la domótica y la automatización, con la que se intenta facilitar la vida de quien habita en la vivienda, dotándole de un edificio inteligente con muchas comodidades. Se trata de una tendencia que intenta mostrar mayor sensibilización social por el cuidado del ambiente y la necesidad de consumir lo justo.

También hay una tendencia hacia los espacios abiertos y polivalentes. De acuerdo con los arquitectos de Azulev, cada vez es más clara una apuesta por integrar espacios y eliminar tabiques, algo que también se da en construcciones más comerciales e industriales. La integración de la cocina y la sala, por ejemplo, es una forma común de ganar espacios e iluminación en unidades pequeñas. Cada vez hay menos diferencia entre los ambientes y se da paso al origen de la construcción de viviendas, en el que todo estaba entre las cuatro paredes básicas.

Hay alguna tendencia en dar protagonismo a la cocina, ese lugar en el que la familia muchas veces encuentra su espacio de intimidad, no solo para comer sino también para conversar. Es un lugar en el que hasta las visitas suelen buscar porque da intimidad a las conversaciones y fácil alcance a la comida o los entremeses.

Si hay algo que no pierde su espacio ese es el color blanco. En sus distintas tonalidades, ha sido, es y seguirá siendo el protagonista del diseño de interiores. Y es que proporciona luminosidad a las estancias y otorga amplitud, además de que refleja toda la luz recibida. Y si de espacios laborales se trata, no puede pasar desapercibida esa nueva tendencia basada en el concepto de la metodología de trabajo colaborativo. Cada vez es más frecuente encontrarse con edificios comerciales con áreas más amplias y abiertas, con menos divisiones, incluso eliminando los niveles jerárquicos para dar paso a sitios que dan no solo mayor acercamiento entre los convivientes sino también la sensación de menos diferencias entre jefes y subalternos.

La sustentabilidad se va convirtiendo en la base de los nuevos conceptos arquitectónicos. De allí surge el concepto de la casa PopUp, por ejemplo, que se basa en una corriente llamada construcción pasiva y que se caracteriza por poseer un diseño de primer orden, bajo costo y el uso de sistemas alternativos de energía. Se trata de casas autosustentables y con una huella de carbono muy baja. Son construcciones prefabricadas, con una concepción muy parecida al famoso Lego, fácil de ensamblar y usar.

La arquitectura cinética es otra que cobra fuerza. Muchas firmas de arquitectos están apostando por esta línea de edificios inteligentes que se adaptan al medio ambiente, ya sea para captar agua, usar el sol para generar energía o simplemente generar brisas o corrientes de aire. Aunque pocos lo crean, en Guatemala ya se utilizan sistemas de esta naturaleza que se han ido adaptado, incluso, en edificaciones bastante antiguas.

El edificio del Ministerio de Finanzas Públicas, esa estructura de 18 niveles en pleno Centro Cívico capitalino es un ejemplo de ello. En esa edificación se ha adaptado un sistema captador del agua de la lluvia, que luego es utilizada para proveer de agua los sistemas de abastecimiento para los sanitarios. El edificio de Finanzas es de las primeras estructuras arquitectónicas en ser reconocidas como una oficina verde, pues han logrado readecuar todo un nivel con estos novedosos sistemas ahorradores de agua y energía.

Voces chapinas

La firma guatemalteca Seis Arquitectos, es de las que consideran que en un mundo globalizado no puede hablarse de tendencias predominantes o influyentes. Ellos creen en la creatividad y adaptabilidad de los espacios como respuesta a las necesidades y aspiraciones de las personas, de acuerdo con su lugar y a sus tiempos. Y la arquitectura guatemalteca, según Carlos Castellanos, gerente general de la firma, está al día en la creatividad y la innovación que ahora dominan el mundo.

Castellanos es de quienes opinan que seguir las líneas de protección al ambiente no es nada nuevo, como algunos pretenden hacer creer. Para él, seguir estas pautas es tan antiguo como la arquitectura misma. Sin embargo, concuerda con que cada vez es más común que se busquen métodos de abastecimiento de servicios mas amigables con el ambiente, debido al deterioro notable del ecosistema.

También reconoce que hoy día la llamada Oficina Abierta y el ambiente de Trabajo Cooperativo, o colaborativo como otros le llaman, hacen cada vez más innecesarias las antiguas separaciones jerárquicas en las estructuras comerciales o industriales. “Hoy día, estamos expuestos a cambios de forma constante. De alguna manera la tecnología genera cambios en la conducta, actitud, costumbres, forma de pensar, vivir, trabajar, entretenerse, etc.”, asegura la firma Seis.

Cinco Tierras, otra firma de arquitectos contactada por Revista GERENCIA, hace hincapié en la tendencia, cada vez más marcada, de reducir los espacios para las viviendas. Los small apartments, como se les denomina, cobran cada vez más protagonismo en los diseños, donde se ha llegado a reducir espacios para hogares de hasta 40 metros cuadrados. Solo en 2018, asegura el arquitecto Jorge Alfaro, gerente de construcción de Cinco Tierras, la búsqueda de small apartments aumentó en un 121 por ciento. Tan fuerte es esta tendencia que la firma ha creado una empresa especializada en espacios pequeños denominada Espacios Express, la que desarrolla unidades habitacionales y comerciales en espacios modulares inferiores a los 40 metros cuadrados.

Alfaro destaca que el uso de materiales reciclados como el acero, por ejemplo, es una clara tendencia hacia el cuidado ambiental, pues también se destaca el reciclaje de contenedores de transportación. Y aunque concuerda en mucho con la firma de arquitectos liderada por Castellanos, en el caso de Cinco Tierras, sí se considera que Guatemala sufre de un rezago en algunos temas relacionados con la arquitectura como el campo tecnológico, el transporte de alta velocidad, el mismo diseño urbano y la gestión de recursos, entre otros temas como el de las ciudades verdes y colectivas. Pero, contrapone que se han dado ya algunos pasos de avance en temas como la robótica y la automatización para la vida doméstica. También en el uso de energías renovables y medio ambiente, así como en el aumento de técnicas constructivas vernáculas.

Las tendencias se derivan de los valores humanos; es decir, de las necesidades que van rodeando la vida de quienes habitan un entorno. De allí que se distinga en la mayoría de los ámbitos de desarrollo humano.

Ver cómo van cambiando las formas de acuerdo con la evolución del tiempo, es una manera fácil de notar cómo las tendencias van haciendo mella. Y, según Alfaro, Estados Unidos y Francia pueden mencionarse como países que, por excelencia, van marcando la pauta en las tendencias arquitectónicas.

Sin lugar a duda, Alfaro comparte con Castellanos que, en las oficinas el Open Space es una tendencia actual. “Eliminar barreras divisorias permite aprovechar y optimizar mucho mejor el espacio”, dice Alfaro.

Así es que los espacios reducidos para las soluciones habitacionales, así como construcciones verticales que facilitan más familias en menor espacio, son para la vivienda dos tendencias muy bien marcadas, así como lo son los espacios abiertos y áreas colaborativas para las oficinas o estructuras industriales.

Las tendencias están dadas y los hombres las adecúan, con la facilidad que tienen los arquitectos, para satisfacer las necesidades de cada persona o grupo. Lo importante es que las nuevas líneas van en el sentido de cuidar el ambiente, como una forma de ser más responsables con nosotros mismos.

Carlos Morales Monzón
Periodista y Profesor Universitario
Revista GERENCIA
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