Establecer metas y definir una estrategia empresarial no es lo único que se debe hacer para tener éxito. También hay que definir las acciones a tomar, las métricas y monitorear los resultados, y estos no son un asunto esporádico, lo recomendable es que se midan trimestralmente, para hacer los ajustes necesarios o para tomar medidas correctivas.
Por otro lado, medir demasiado tampoco es útil, porque complica los procesos. Por ello, tres meses se han catalogado como el equilibrio justo para la frecuencia en la medición de los resultados de una estrategia empresarial. La idea básica es no repetir errores, mantener las estrategias que funcionan y evaluar lo nuevo para que se quede, se vaya o se mejore constantemente.
La buena métrica requiere de ciertas características. Una de las más importantes es ser puntual; es decir, los resultados deben llegar en el momento oportuno. También debe ser relevante, lo que equivale a mostrar aquellos resultados que son interesantes para el negocio. Finalmente, debe ser útil y sencilla, se debe comprender para qué sirven las cifras.
Los números por sí solos no significan nada. Los gerentes deben aprender a interpretar los resultados, porque de ellos dependen las buenas o malas decisiones que tomen. Y esto, de alguna manera, compromete el funcionamiento y la estructura que ya posee la empresa.
Para comenzar un proceso de medición de la estrategia empresarial, primero se debe preparar el terreno: definir el objetivo general y establecer con claridad las metas, los resultados que se esperan alcanzar y la mejora a obtener.
Asimismo, es necesario establecer los procedimientos para realizar las evaluaciones de desempeño, lo que incluye designar a los responsables para cada una de las actividades. Lo siguiente es comunicarlo al personal junto con los beneficios que obtendrán ellos y la empresa. En ese mismo punto se debe definir un comité o equipo responsable de realizar las valoraciones, quienes deben comunicar los criterios.
Los trabajadores deben conocer el mecanismo o la herramienta que se utilizará para recabar la información en cada puesto. Por último, se recomienda realizar una entrevista que sirva de guía para conocer el progreso y los logros de cada colaborador.
Recuerde que, la medición debe estar ligada a consecuencias (promociones, incentivos o sanciones) dependiendo de los resultados, porque, de cualquier forma, la empresa necesita contar con un sistema de apoyo que estimule los resultados y que motive el desarrollo del colaborador.
Por ello, las métricas trimestrales deben contrastar con resultados más fríos, como las ventas, los márgenes de ganancia, los costos, los gastos fijos y las utilidades de la empresa, para obtener información de primera mano.
Con el tiempo, estos procedimientos se van volviendo parte del día a día. Los trabajadores se acostumbran y de esa forma obtienen mensajes claros y directos a los que les deben poner atención. Por otro lado, se crea un espíritu de equipo y sentido de logro con las evaluaciones individuales y grupales. Pero, sobre todo, se mejoran los estados financieros de la empresa en el corto plazo.
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