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El siguiente es un extracto del libro Breakthrough de Scott Duffy. Ordénalo por Amazon o Gandhi.
Puede ser que la decisión más importante que tomes en los primeros días de tu negocio sea la de tener socios que sean dueños junto contigo. Esto puede incluir la búsqueda de una persona que complemente tus fortalezas y debilidades. También puede incluir a alguien que te haya ayudado con ideas o que haya creado contigo una versión beta de tu producto o servicio. Si eliges irte por este camino, debes elegir muy bien a la persona con la que te vas a asociar, tan bien como la persona con la que elijas casarte.
Hay socios que parecen haber sido hechos el uno para el otro. Un hombre llamado Iry Robbins creció ayudando a su padre en su heladería. Su cuñado, Burton Baskin, también conocía el negocio de los helados, e incluso había disfrutado haciéndolos para sus tropas cuando fue teniente naval en la Segunda Guerra Mundial.
Después de la guerra, Robbins abrió Snowbird Ice Cream en Glendale, California. Burton Baskin, que se había casado con Shirley, la hermana de Robbins, durante la guerra, administraba una tienda de ropa para hombres en Chicago. Cuando él y Shirley se mudaron a Los Ángeles, Robbins convenció a Baskin de que vender helados sería mucho más divertido que vender ropa. Baskin aceptó y decidió abrir su propia tienda de helados.
Robbins le dijo en una ocasión a un reportero: “Yo estaba por firmar un contrato de arrendamiento para un local en Pasadena, y le dije a Burton ‘Tómalo tú. Entra en el mundo de los helados y haz lo mismo que yo hago, y en cuanto tengamos suficientes tiendas abiertas, podremos crear nuestra propia fábrica de helados juntos’”.
Así que abrieron dos heladerías en el mismo barrio. Decidieron competir en lugar de asociarse porque ambos sentían que si unían fuerzas en ese momento, el compromiso que les exigiría ese esfuerzo conjunto se interpondría en el camino de su creatividad.
Sin embargo, en los años que siguieron a esa decisión, conforme cada uno fue construyendo negocios exitosos, ambos empezaron a darse cuenta de los beneficios significativos que tendrían sin se unían, en lugar de seguir compitiendo entre ellos. Tenían una visión similar y habían tenido varias revelaciones en el camino. Acordaron de todo corazón no vender nada más que helados, pero los harían de muchísimos sabores. También se dieron cuenta de que tenían habilidades complementarias, ya que mientras uno era excelente en la operación, el otro lo era en ventas y marketing. Ambos habían construido redes de contactos que, en conjunto, les permitirían expandirse mucho más lejos y a mayor rapidez.
Así que decidieron asociarse en su nueva empresa de helados y eligieron el orden de sus nombres para llamarla, Baskin-Robbins.
También fueron de los pioneros creando uno de los conceptos de venta más exitosos del siglo pasado: la franquicia. En cinco años ya tenían 40 heladerías al sur de California y poco después registraron el concepto de 31 sabores. Hoy en día, Baskin-Robbins tiene más de 2,800 heladerías en Estados Unidos, y 5,000 alrededor del mundo.
No hay un modelo básico para las sociedades, pero la historia de Baskin-Robbins es un gran ejemplo de cómo, con una visión compartida, temperamentos similares, habilidades complementarias, redes que no se pisan y trabajo duro, una sociedad puede tener mucho éxito.
Si estás pensando en buscar un socio para tu negocio, asegúrate de tener en cuenta estos factores:
También es sumamente importante tener un contrato de sociedad por escrito, y éste debe incluir, por lo menos, lo siguiente:
Fuente: Entreprenuer[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]